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lunes, 24 de septiembre de 2012

Mi primera vez con el sexo de mujer


Hola guap@s!! Hoy os traigo, en primicia para todos vosotr@s el relato de mi primer encuentro lésbico, con una preciosa mujer de tetas deliciosas y coñito dulce, que también se creía heterosexual y que acabó admitiendo que conmigo hechó el mejor polvo de su vida.




Antes de nada debo advertiros que de ese encuentro, que además fue de manera totalmente fortuita, tan sólo conservo alguna foto sacada con el móvil del chochito exquisito de mi primera amante lésbica y que pondré para que entendáis porqué tengo un recuerdo tan maravilloso de esa primera vez.
Ocurrió hace ya unos años, celebrábamos la boda de un familiar de mi entonces novio, en un precioso paraje del interior de la comarca del Ripollès, aquí en Cataluña. Era una boda civil, se celebraba en un bonito y entrañable restaurante-hotel rural que alegraba la vista y el alma, aunque luego allí, a mi se me alegró mucho más que el alma.


En la misma mesa en la que nos encontrábamos nosotros nos tocó un prima segunda de mi pareja y su respectivo novio... ayy!! como recuerdo el primer vistazo que le eché a Elena, me encantó! Yo llevaba un vestido ceñido, bastante provocativo con un gran escote (me encanta presumir de mis tetas), como el de la derecha, bueno, quizá algo más larguito (soy mujer no puede obviar hablar de ropa) ella llevaba vestidito de fiesta también cortito, de vuelo, con un gran escote que dejaba suponer, y muy bien, las hermosas tetas que se ocultaban tras el bonito traje festivo, y la figura de escándalo que podía aparecer tras bajárselo por completo (como el de la izquierda).


El coñito de Elena, qué recuerdos!
En la mesa durante la cena, mi mirada coincidió con la suya varias veces a pesar de que prácticamente no habíamos intercambiado palabras. La cena transcurría y el alcohol en sangre subía, así que cuando la gente empezó a abandonar la mesa para despendolarse por ahí, yo aproveché para sentarme al lado de la guapa y jovencita prima de mi novio que tan pocas veces había visto antes y que tanto me estaba poniendo, acelerando mi pulso cada vez que la miraba. Una vez a su lado empezamos a entablar conversación de los típicos temas banales que se utilizan en estos casos, poco a poco, y con la picardía que me otorgaba mi mayor experiencia, fui llevando la charla hacia temas más calenturientos y picantes... que si que posición te gusta más con tu novio... que sí has probado alguna vez el sexo anal... total, que como yo veía que ella se mostraba encantada de seguirme el juego, yo y el alcohol pensamos que era el momento de pasar a la acción.


Le dije que tenía que ir al baño a arreglarme y si me acompañaba, a lo que ella asintió con una bonita sonrisa. Una vez allí, solas y tras aliviar la vejiga, delante del espejo comencé a alabar su femenino vestido y la figura tan preciosa y sexy que se encontraba dentro de él. Ella se ruborizó un poco y me dijo que yo también estaba muy sensual con ese vestido tan entallado y ese escotazo que me hacía un pecho espectacular, así que no se muy bien como (creo que ni lo pensé), cogí su mano derecha y la puse sobre mis senos para que los acariciara y los palpara a su gusto mientras le decía que son del todo naturales. Se ruborizó aún más, pero no apartó su mano, de hecho al cabo de unos segundos puso su otra mano, sobre mi otra teta y comenzó a masajearla de un modo muy suave y sensual, mientas yo la miraba fijamente a sus excepcionales e inocente ojos azules, puso sus mirada en mis ojos, entre roja, excitada y un tanto escandalizada, pero no dijo nada, así que mi mano se coló por debajo de su jovial vestido y fue directa hacia su calentito sexo del que sólo me separaba la fina capa de tela de su tanga. Mi dedo medio empezó a juguetear con su clítoris mientras ella continuaba amasando mis grandes tetas de pezones tiesos y excitados... madre mia! cómo me pongo recordando esto...


En ese momento, alguien entró al lavabo, nos cortó el rollo, así que salimos rápidamente de allí prácticamente sin mirarnos a la cara. Fuimos un momento a la pista de baile a ver a nuestras respectivas parejas, charlamos un poco, pero yo solo podía pensar en lo que en ese lavabo había ocurrido y en lo cerca que estaba de poder gozar sexualmente con una mujer tan guapa y de cuerpo tan exquisito. Así que pasados unos pocos minutos, la cogí del brazo y le dije escuetamente al oído: "Sígueme!", ella accedió sin abrir la boca. Entramos en el hotel y subimos escaleras, mi cerebro sólo funcionaba en ese momento para buscar un sitio tranquilo donde poder follar con esa mujercita... y eso que nunca lo había hecho antes!! pero lo tenía muy claro. Tras deambular por varios pasillos encontramos una habitación abierta con síntomas de no tener huésped, entramos y cerré por dentro... guauu!! ya la tenía a solas conmigo, yo estaba muy nerviosa y exicitada, más que la primera vez que una polla entró en mí, ella ruborizada, nerviosa, temblaba un poco, su respiración muy acelerada, pero su mirada decía que lo deseaba, que quería follar conmigo. Retiré los tirantes de su vestido hacia un lado y éste cayó por su propio peso, así, con un sólo gesto se quedó en tanguita... mis ojos no daban crédito a la pedazo de hembra que tenía desnuda, excitada y calentita delante mío.

Mis manos fueron a su aproximadamente talla 95 de tetas, todavía no sé muy bien como, el caso es que las amasaba y acariciaba mirándolas fijamente como si nunca hubiese visto unos pechos de mujer en mi vida. Ella me miró a los ojos, cogió una de mis manos y la metió dentro de su tanga, ahora sí que nada me separaba del tacto de su calentito y peladito coño de labios finos y escondidos... Jugué unos instantes con su clítoris y entonces le estampé le morreo más apasionado de mi vida en toda su boca, ella respondió rápidamente colando toda su lengua en la mía. La situación ya no tenía marcha atrás, estaba consumando mi bisexualidad.

Elena puso sus manos en marcha y liberó los tirantes de mis hombros, tiró de mi ceñido vestido hacia abajo quedándome yo en ropa interior. Como un rayo quitó mi sujetador sin tirantes (muy apropiado para este tipo de vestidos) dejando libres mis dos grandes tetas. Sus ojos, como platos, se clavaron en ellas... no hubo ni una sola palabra por parte de las dos, pero la excitación iba en aumento. Comenzó a chupar y succionar mis puntiagudos pezones mientras bajaba mi tanga lentamente. Por un momento, parece que yo estaba tan extasiada e ida que todavía no me creía la situación, pero de repente desperté y mi vi contra la pared y ella de rodillas delante mio metiendo toda su lengua en mi caliente y humedecido coño y con su manos apretando y amasando mis nalgas... era la primera vez que una mujer me lo comía y como una adolescente nerviosa, me corrí enseguida en su boca, al tacto de sus labios con mi sexo.

Así se lo comí, con mucha pasión
Acto seguido se encendió mi lado más masculino, la cogí por los hombros la puse, de manera enérgica, en pie, la empujé hacia la cama y ella cayó mientras sus bonitas tetas botaban por el brusco movimiento. Le arranque su fino tanga, cogí sus firmes muslos y abrí sus piernas, pasé mi nariz por delante de su sexo aspirando el femenino aroma que surgía de él, era delicioso. Me amorré a su vulva propinándole el mejor morreo que seguro que se ha llevado ese seductor y rapado coñito, metí una y otra vez mi lengua entre sus labios sexuales intentando lamer sus flujos íntimos... y vaya si los encontré, esa vagina estaba cargadita de sabroso flujo femenino, introduje un par de dedos mientras seguía sorbiendo, se sentía muy caliente y palpitaba. Mientras le comía su sexo, la miraba a la cara, ésta era un poema de placer, alargué mi mano y comencé a jugar y masajear su lindos senos, ella apretaba cada vez más y más su sexo contra mis labios, de repente apretó todo su cuerpo, lanzó un estrepitoso gemido, se cortó su respiración por unos instantes... Yo había conseguido la primera corrida de mujer en mi boca, estaba tan excitada e ilusionada que todavía no daba crédito a ello...

A esas alturas no había habido intercambio de palabras desde que entramos en la habitación, parece como que las dos sabíamos que lo que hacíamos no estaba bien, era algo prohibido y eso calentaba aún más la situación. Nos miramos fijamente a la cara por unos segundos, las dos sabíamos lo que queríamos sin necesidad de hablar, así que pase a la acción. Ella permanecía tumbada, todavía recuperándose de su potente orgasmo, yo me puse de rodillas, separé sus piernas y monté a horcajadas sobre su coño, mientras sujetaba una de sus piernas, lamí los dedos de sus finos pies y empecé a darme placer frotando mi vulva y mi clítoris contra su sexo, esa posición me hizo sentir poderosa, yo estaba encima de ella, mis manos llegaban a cualquier parte de su escultural cuerpo, hubiera dado lo que fuese por tener polla y follármela por todos sus orificios, pero mi coño respondía muy bien ante el tacto del suyo, los dos estaban muy húmedos, bueno, el mío prácticamente chorreaba (ya os dije que me mojo muchísimo), aumenté le ritmo, en mi mente sólo existía la idea que me estaba follando a un bombón de mujer y que estaba delante de mis ojos gozando de placer. Acaricié todo lo que quise de su cuerpo y se me ocurrió mojar mis dedos en su boca, ella accedió, pasé mi mano por detrás de mi muslo y le inserté los dedos dentro de su estrecho ano, no lo soportó y se corrió al momento, esta vez con más fuerza, casi me tira de encima suyo, ahora con un grito de placer mayor que el de antes. Entonces ella se centró en mis tetas, jugaba con ellas, acariciaba mis pezones y yo no pude más apreté a tope mi sexo contra el suyo..... y bum!! creo que es el orgasmo más fuerte y que recuerdo con mayor ilusión de mi vida.

El efecto del alcohol parece que ya había bajado tras tanto ejercicio físico, y parecía que nos tocaba aterrizar en la habitual realidad, así que acaricié una vez más sus lindas tetas y el di un besazo, esta vez más cariñoso, nos levantamos, nos vestimos apresuradamente y salimos volando de la habitación que había sido testigo del primer encuentro lésbico entre dos mujeres muy ardientes que habían disfrutado como nunca de su sexo. Tuvimos que retocarnos antes de ir con los demás, pues parecía que veníamos de un combate de lucha libre, nos sonreímos en el lavabo, le susurré al oído que era mi primera vez y que me había encantado, me respondió algo más tímida que para ella también había sido así.

Volvimos con los demás al baile, le estampé un beso a mi novio en la boca, notando que él seguía gustando del mismo modo que antes de primera aventura con otro coño, el de la bonita y sexy Elena. A ella no la volví a ver hasta pasados unos años, en los que recordamos entre risas y susurros lo que allí sucedió. Al llegar a casa y meterme en la cama, momento en el que repasas lo hecho y consultas con la almohada, acepté que también me gustaban las mujeres y que era del todo bisexual, y me dije que me había gustado tanto aquella situación, el sentir un caliente y húmedo coño en mi boca, la belleza y el movimiento de unas tetas naturales, el gemir y la suavidad de una mujer, que algún día tendría que repetirlo.... y así fue!! Pero eso para otro día, no?


Hasta luego calentit@s!!

1 comentario:

  1. Desde luego Jenny eres una tia con suerte:¿cuantas posibilidades habia de que tu primera relacion lesbica fuera con la prima de tu novio en una boda?Y que ademas fuera tambien la primera vez de ese bomboncito que describes ya es la leche!!!!Lo ke te digo:una mujer muy afortunada.Ke por in momento quisiste tener polla para darla lo suyo?Seguro que te apañaste muy bien sin ella.Es curioso,yo desde ke se de ti me enkancaria tener coño para abrirmete bien de piernas y dejar ke esa lenguita tuya hiciera de las suyas.Estare confundiendo mi sexualidad?Va no,no va a ser eso.Por cierto,cada vez me pongo mas cachondo leyendo tus aventuras.Besos guapisima.

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